El glaucoma es una enfermedad del ojo que te quita la visión de manera gradual. Por lo general no presenta síntomas y puede resultar en la pérdida de la visión de manera repentina.
En la mayoría de los tipos de glaucoma, el sistema de drenaje del ojo se tapa y el fluido intraocular no puede drenar. Al acumularse, causa un aumento de presión en el interior del ojo que daña al nervio óptico que es muy sensible, llevando a la pérdida de la visión.
Sin el tratamiento apropiado, el glaucoma puede llevar a la ceguera. La buena noticia es que con exámenes oftalmológicos periódicos, se pueden detectar los síntomas del glaucoma y con un tratamiento adecuado se puede preservarse la vista.
SÍNTOMAS DEL GLAUCOMA
En sus primeras fases, el glaucoma de ángulo abierto no presenta síntomas obvios. A medida que la enfermedad progresa produce más dolor, se desarrollan puntos ciegos en la visión periférica (lateral). Estos puntos pueden pasar desapercibidos hasta que el nervio óptico haya tenido graves daños, o hasta que sea detectado por un oftalmólogo durante un examen completo de los ojos.
GLAUCOMA DE ÁNGULO ABIERTO
Existen diversos tipos de glaucoma. Los dos tipos principales son el de ángulo abierto y el de ángulo cerrado. Se caracterizan por un aumento de la presión intraocular (PIO).
El glaucoma de ángulo abierto, la forma más frecuente de glaucoma, representa al menos el 90 % de todos los casos de glaucoma, también se denomina glaucoma primario o crónico.
Suele aparecer entre los mayores de 55 años, los diabéticos o los miopes.
El glaucoma de ángulo cerrado es menos frecuente y puede manifestarse con dolor ocular, cefaleas, visión borrosa, náuseas y vómitos.
TRATAMIENTO
El objetivo del tratamiento es reducir la presión ocular, lo cual se logra con medicamentos o por medio de cirugía.
Los fármacos más habituales en los tratamientos de glaucoma son los derivados de las prostaglandinas, los betabloqueantes, los simpaticomiméticos, los inhibidores de la anhidrasa carbónica, los parasimpaticomiméticos y los hiperosmóticos. Generalmente, los colirios suelen contener algunos de estos fármacos combinados.
También existen tratamientos quirúrgicos:
Para poder prevenir esta enfermedad, se recomienda realizar revisiones periódicas con su oftalmólogo de confianza, y más todavía si presentamos alguno de los síntomas del glaucoma que hemos explicado en el artículo.